Hasta 2030
23-05-2019 20:09
Perdidos en crear momentos por medio de la tecnologÃa, atascados en vivir instantes a través de las tormentas del consumismo y enmarañados por querer obtener superioridad económica, el ser humano se ha olvidado de sus valores más fundamentales y, con ello, del cuidado de su extraordinario hogar: La Tierra.
Envueltos en terrible banalidad, el ser humano ha afectado a través del tiempo con su presencia a este planeta dañando la calidad del aire, el medio ambiente y los ecosistemas que cada dÃa empeoran y mueren. En pleno siglo XXI (y con todos los supuestos “avances†que se han logrado en este siglo) el ser humano pende de un hilo su existencia sobre la faz de la Tierra. Al igual que la pequeña semilla, el ser humano no sabe a dónde ir y de todos modos crece. Y es que ambos son fuente de vida; aunque la semilla nace a través de la tierra y el ser humano nace sobre ella. Todos los seres vivos (desde los microorganismos y las bacterias hasta las plantas y los árboles asà como los animales y los seres humanos) comparten una misma casa en donde el ser humano no ha aprendido a vivir en ella al ser tan majestuosa y mirarla (pero no observarla) todos los dÃas como algo “normal†y con esto ha perdido la virtud de la sorpresa, el valor de reconocerla y de apreciarla como un verdadero tesoro. El ser humano debe de responsabilizarse por sus actos que afecten al medio ambiente y tiene que tomar una conciencia real sobre lo que está ocurriendo en el mundo con el calentamiento global y otras “enfermedades†que está padeciendo su hogar. Se ha dicho hasta el cansancio que el humano es una plaga, una máquina hecha para destruir y una falsa deidad; que es egoÃsta y narcisista y, sin embargo, todavÃa conserva una pizca de decencia y buen corazón; una aptitud para resolver conflictos y una habilidad para crear esperanza para reconocer sus errores y empezar a actuar de manera conjunta e inmediata. No es un secreto para nadie que el ser humano se ha cansado de deforestar los árboles, de maltratar flores, de cazar animales con crueldad e ilegalidad, de contaminar los mares, rÃos y océanos, de dañar el aire y la tierra y de crear guerra con otros seres humanos y que aún asà son los únicos que pueden remediar estos errores y encontrar otras formas de supervivencia con conciencia ambiental, sentido común y conocimiento ecológico. Cuando el último árbol haya caÃdo, cuando los peces ya no naden sobre los rÃos y cuando los pozos de agua hayan sido envenenados, nos daremos cuenta que no podemos comer dinero. Si no se enseña a los niños y jóvenes, a los adultos y a los ancianos a generar una nueva rutina con una conciencia ambiental y ecológica a partir de hoy, el ser humano estará destinado a una muerte dolorosa, lenta y caótica por todo el daño causado al planeta y a todos los que viven allÃ. No por nada le dicen “La Madre Tierra†ya que nos provee de vida y de alimento, nos entretiene con espectaculares fenómenos naturales y paisajes, y nos educa con plantas y animales… Si queremos conocerla y rescatarla, debemos de respetarla y amarla como a una madre. A partir de aquà yacerá una nueva historia para nuestro hogar y tenemos muy poco tiempo para evitar una catástrofe global por la contaminación y el deshielo; ¿Hasta cuándo? La ONU ha respondido: Hasta 2030. ¡Cuidemos al planeta! ¡Infórmate! “Cuando el último árbol haya sido talado, el último pez se haya ahogado y el último rÃo haya sido envenenado; entonces nos daremos cuenta que no nos alimentamos de dineroâ€. Proverbio indio. *Este y todos los escritos que lees aquà son propiedad intelectual de su autor: Ãngel Paz* Contacto: lasletrasdeangel@gmail.com Para más contenido léeme en mi blog personal: hojarrugada.blogspot.com © 2019 Ãngel Paz. Todos los Derechos Reservados.
Comentarios
|
Yo me dedico a trabajar por las y los poblanos desde el Senado de la República |
Aviso de privacidad Terminos y condiciones de uso Uso de cookies |
Facebook YouTube |
©2024 Derechos reservados.
Se prohíbe la reproducción total o parcial del contenido de este sitio, sin la autorización expresa. |