Raza de Bronce
23-09-2019 21:00
El bronce como tal, no existe en la naturaleza ya que es una aleación de cobre mezclado con estaño y algunas veces con otros metales, originando un material increÃble de color marrón intenso. Bastante maleable en su producción y extraordinario en su proceso de oxidación creando (incluso) destellos y brillos en un tono verde deslumbrante.
De esta forma, estimada lectora y lector, se puede decir que el bronce es el resultado de una sui-géneris combinación; tratándose de una refinada mezcla... ¡Vaya! Definitivamente producto de un auténtico mestizaje. Asà como el de nosotros los mexicanos y, en realidad, de todos nosotros los latinoamericanos convirtiéndonos asà en (como apuntó el gran José Vasconcelos) la quinta raza, la raza cósmica o la raza de bronce. Este término lo apuntó José Vasconcelos (Primer Secretario de Educación Pública en México) en su ensayo "La Raza Cósmica" (1925) y quien junto a un grupo de intelectuales latinos de la década de 1920, señalaron que nosotros los latinos tenemos sangre que hierve en nuestras venas de las cuatro "razas primigenias" del mundo: Roja (Amerindios) Blanca (Europeos) Negra (Africanos) y Amarilla (Asiáticos). La mezcla entre todas ellas da como resultado la aparición de una quinta y última, la más perfecta y sublime: La "Raza Cósmica o de Bronce". La expresión "La Raza de Bronce" (en este caso) se refiere al mestizaje en Latinoamérica, creando una distinción étnica hacia todas las demás razas, creándose un pueblo nuevo donde su cosmovisión indÃgena se transformarÃa en otra totalmente combinada donde crea y desata un comportamiento latino muy peculiar en su paso por este mundo. Y aunque el término "raza" quizá sea ambiguo o incluso prohibido, se debe mencionar que la raza es definitivamente una forma de distinguir unas personas de otras pero sin hacer diferencias, es decir, sólo para la ubicación geográfica y fenotÃpica, no racial ni discriminatoria aunque (sobra decir) estos elementos aberrantes los hemos sufrido de manera histórica. La misión de la raza cósmica es destruir los prejuicios étnicos globales y dominar el mundo de una forma humanitaria y muy diferente a como lo hicieron las demás razas en su momento en donde la mayor virtud pero también (quizá) el mayor defecto del latinoamericano ha sido su buen corazón, su solidaridad y su alegrÃa de vivir la vida inmediata, sin futuro, sin grandes planes pero feliz donde a pesar de este maltrato y opresión extranjera, también se destaca el ejercicio racial que se da entre nosotros mismos. En la actualidad, la gran mayorÃa de la humanidad es prácticamente “mestiza†debido a la globalización que ha tenido el mundo a través de las épocas donde todos los seres humanos compartimos un gran e infinito árbol genealógico que nos grita un mensaje tan contundente como claro: Todos somos de una misma especie. Todos somos seres humanos. Ante dicha observación, para muchos latinos de la contemporaneidad, las mezclas sólo son enaltecidas y presumidas cuando se tratan, precisamente, de ascendencias extranjeras, sintiéndose avergonzados y no identificados con sus raÃces y etnias indÃgenas latinoamericanas, lo cual es triste e inverosÃmil que suceda en nuestros dÃas. Factores como la familia, los medios de comunicación, la polÃtica y la educación escolar en nuestro paÃs, jamás nos acercaron, enseñaron ni explicaron de forma profunda y orgullosa sobre la grandiosidad y belleza de la historia de nuestros pueblos originarios donde, aún hoy en dÃa, todos las y los latinos conservamos (y muchos sin saberlo) una diversidad de tradiciones y costumbres indÃgenas; asà como platillos gastronómicos que seguimos degustando y que ya se comÃan, por ejemplo, en épocas prehispánicas. Afortunadamente, las nuevas generaciones resaltan con orgullo este tremendo y mÃstico origen indÃgena donde (quizá sea por moda) centennials y, sobre todo, millennials parecen haber desechado o eliminado la vergüenza, adquiriendo una nueva conciencia y compromiso con sus raÃces, con su cultura y con su amor a sus pueblos originarios. Por ejemplo, la identidad mexicana no sólo se conforma a partir de la independencia de México de España sino que se conforma desde nuestras culturas mesoamericanas además de la diversidad indÃgena que aún existe y prevalece en gran número en nuestro paÃs donde además, todos los indÃgenas de México han sido despojados de sus tierras y ellos son nada más y nada menos que los verdaderos y auténticos dueños de México y que, de manera increÃble e inaceptable, siguen siendo los más pobres, los más necesitados, los más rechazados y los más discriminados de nuestra nación y quizá del mundo. ¿Qué debemos recordar en todos los paÃses de Latinoamérica para resaltar nuestra hermandad y enorgullecernos de nuestros orÃgenes indÃgenas? Fácil, se deberá comenzar por hurgar en la historia de nuestra historia: Identificarnos como una auténtica tribu de raza de bronce que somos, donde la belleza y grandiosidad de nuestros pueblos originarios nos permitan entender la cosmovisión del mundo indÃgena; llevando a cabo la práctica profunda de los valores universales entre las naciones latinoamericanas subrayando la hermandad, el respeto, la tolerancia, la empatÃa, la unión y la honestidad desde la enseñanza en el núcleo familiar y en las escuelas latinas donde además se deberán resaltar los valores cÃvicos, históricos y étnicos correspondientes para enaltecer y entender a nuestros indÃgenas y lograr esa identidad y sentido de pertenencia pleno con esa parte de nuestra historia enterrada, olvidada y prohibida y asà presumir la sangre de nuestra gente que llevamos en nuestro cuerpo. Celebro varios gestos en ceremonias cÃvicas, reformas polÃticas y movimientos de programas sociales que han implementado varios paÃses de Latinoamérica (Como México, Bolivia, Perú, Venezuela, Ecuador, Chile, Argentina y Uruguay) en favor de los indÃgenas para rescatar la memoria histórica, el orgullo nacional de los pueblos y la ayuda a los más discriminados y pobres de Latinoamérica: Nuestra auténtica raza de bronce. ¡Viva nuestra raza cósmica! ¡Viva el orgullo indÃgena! ¡Viva nuestra libertad y soberanÃa! ¡Viva nuestra gran Latinoamérica! ¡Viva nuestra raza de bronce! *Este y todos los escritos que lees aquà son propiedad intelectual de su autor: Ãngel Paz* Para más contenido léeme en mi blog personal: hojarrugada.blogspot.com Contacto: lasletrasdeangel@gmail.com © 2019 Ãngel Paz. Todos los Derechos Reservados.
Comentarios
|
Yo me dedico a trabajar por las y los poblanos desde el Senado de la República |
Aviso de privacidad Terminos y condiciones de uso Uso de cookies |
Facebook YouTube |
©2024 Derechos reservados.
Se prohíbe la reproducción total o parcial del contenido de este sitio, sin la autorización expresa. |