Como el mineral más duro del mundo: La leyenda del Popocatépetl


20-03-2019  18:17

Aunque la Tierra en una fotografía perfecta tomada desde el espacio exterior parezca bella, tranquila e inofensiva, en realidad (sabemos) está llena de fuerzas amenazadoras que la sacuden y la hacen temblar cada cierto tiempo.

Está por demás señalar que una de esas fuerzas destructivas es la que ejerce el ser humano a diestra y siniestra y que, sin embargo, existe una cosa mucho más poderosa y grande que todos nosotros como lo es la naturaleza.

Por ejemplo, los volcanes que son auténticos “respiraderos” de la Tierra son la clara señal del poderío de la Madre Naturaleza donde domarla o predecirla está fuera de nuestro alcance y donde estos volcanes al explotar pueden formar los fuegos “artificiales” más espectaculares que se puedan imaginar y con ello, la desgracia y el terror de los habitantes que lo han sufrido como en los casos históricos de Pompeya, del Valle de México o Hawai.

Con 25 millones de mexicanos que viven a menos de 100 kilómetros del cráter, el Popocatépetl es uno de los volcanes más peligrosos del planeta y, por ende, el más vigilado por su constante e intensa actividad durante los últimos 25 años.

A propósito del gran volcán, la noche del lunes hizo erupción y causó un ligero temblor que se percibió en el Valle de Puebla debido a lo aparatoso de la explosión, arrojando elementos incandescentes, rocas y ceniza logrando un radio de 40 kilómetros que alertó a los habitantes de los municipios cercanos a “Don Goyo” y quienes en primera instancia confundieron el estruendo y el movimiento del piso con un sismo, cimbrando puertas y ventanas de municipios poblanos como Cholula, Atlixco y Puebla Capital donde se comenzaron a difundir fotografías del material incandescente y la columna de ceniza que se observó de aproximadamente 1.2 kilómetros de altura.

En nuestro hogar, la Tierra, hay todo tipo de cosas bellas y peligrosas. Desde la descomunal fuerza de los mares y océanos hasta la grandiosidad de las montañas y la furia de los volcanes; así como la espectacular y variada flora y fauna que nos permiten sentirnos vivos.

Y como el mineral más duro del mundo, tenemos verdaderos diamantes en bruto que se traducen en leyendas, historias y todo tipo de mitos increíbles y que, a propósito del protagonismo del Popo estimada lectora y lector, les comparto lo que la gente cuenta acerca de este mito.

Se dice que un guerrero azteca (algunos cuentan que era tlaxcalteca) llamado Popocatépetl quien profesaba un inmenso amor a su princesa llamada Iztaccíhuatl, antes de partir a una guerra pidió al cacique la mano de la doncella. El padre accedió gustoso y prometió recibirlo con una gran celebración si es que regresaba victorioso de la batalla.

Al poco tiempo un rival de amores de Popocatépetl, celoso del amor de ambos se profesaban, le dijo a la princesa Iztaccíhuatl que su amado había muerto durante el combate. Abatida por la tristeza y sin saber que todo era mentira, la princesa murió.

Tiempo después, Popocatépetl regresó victorioso a su pueblo con la esperanza de ver a su amada. A su llegada recibió la terrible noticia sobre el fallecimiento de la princesa Iztaccíhuatl. Entristecido, vagó durante varios días hasta que decidió hacer algo para honrar su amor y que el recuerdo de la princesa permaneciera en la memoria del pueblo.

Así, mandó a construir una gran tumba ante el Sol “amontonando” varios cerros para formar una enorme montaña. Tomó entre sus brazos el cuerpo de Iztaccíhuatl, lo llevó a la cima y lo recostó inerte sobre la gran montaña. El joven guerrero le dio un beso póstumo, tomó una antorcha humeante y se arrodilló para siempre frente a su amada para velar así, su sueño eterno.

Con el tiempo la nieve cubrió sus cuerpos, convirtiéndose en dos enormes volcanes. La leyenda añade que cuando el guerrero Popocatépetl se acuerda de su amada, su corazón (que guarda el fuego de la pasión eterna) late y, por ende, tiembla y su antorcha echa humo.

Por ello hasta el día de hoy, en pleno 2019, el volcán Popocatépetl continúa arrojando fumarolas o haciendo erupción causándonos pánico y miedo; pero no olvide que todo esto se debe a lo grande que fue su amor aunque esto represente un peligro constante para nosotros…






*Este y todos los escritos que lees aquí son propiedad intelectual de su autor: Ángel Paz*
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